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Historia 6

Confianza y coherencia, las herramientas de una profesora contra la corrupción

Historia 6
Confianza y coherencia, las herramientas de una profesora contra la corrupción
Esta historia hace parte de #25HistoriasDeEsperanza de Transparencia por Colombia. Esperanza de cambio en contra de la corrupción.

Fotografía: Adriana Tobón. 

“Ella siempre enseña a hacer lo correcto, no importa si el camino es más largo o más difícil",

dice María Alejandra Sánchez, estudiante de la profesora Adriana Tobón Botero.

Fotografía: Adriana Tobón. 

“Ella siempre enseña a hacer lo correcto, no importa si el camino es más largo o más difícil",

dice María Alejandra Sánchez, estudiante de la profesora Adriana Tobón Botero.

“Ella siempre enseña a hacer lo correcto, no importa si el camino es más largo o más difícil”, dice María Alejandra Sánchez, estudiante de la profesora Adriana Tobón Botero. 

Adriana lleva doce años enseñando en la Universidad Javeriana de Bogotá sobre responsabilidad social corporativa y relaciones públicas. La confianza, la coherencia y la autenticidad son los pilares de sus clases, pero también de su vida. Ella lo dice y sus estudiantes también lo ven: “Adriana siempre es la misma: desde su vida profesional hasta su vida personal. Esta coherencia da confianza”.

La confianza es la base cualquier relación, explica Adriana. Desde las amistades hasta las relaciones laborales, confiar es el puente que permite alinear las buenas prácticas con las expectativas del otro. Según la Encuesta de Confianza de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en Colombia hay menos confianza en el gobierno que en los otros países del estudio y solo una de cada tres personas piensa que un funcionario público se reusaría a recibir una coima. Es decir, confiamos poco y sin confianza no se puede generar valor y reputación.

Lucha contra la corrupción: dejar de naturalizarla

Esa es la apuesta de esta profesora: que confiar vuelva a estar de moda. Esto pasa por el fortalecimiento de la transparencia y la integridad en lo que hacemos, por poder levantar la mano y decir ‘no estoy de acuerdo con lo que están planteando’. Para Adriana esto no se limita a lo profesional, sino también se ve en la vida personal. La transformación no es solo llevarlo al trabajo, sino también a nuestra familia, a nuestro barrio y a nuestra comunidad. 

Lo que ella busca enseñar va más allá de una formación profesional sólida y ética; ser buen profesional pasa por ser buena persona. La dificultad más grande que ha tenido es que “la impunidad es tan grande que lleva a la gente a pensar que ser corrupto no es tan grave”, es decir, está tan naturalizada que las sanciones y los castigos son pocos. Ella siente el desencanto de los estudiantes frente a estas injusticias y ellos, a su vez, sienten que ella les trasmite la importancia de hacer lo correcto y de ceñirse a sus principios.

Lucha contra la corrupción: dejar de naturalizarla

Lo que Tobón busca enseñar va más allá de una formación profesional sólida y ética; ser buen profesional pasa por ser buena persona. La dificultad más grande que ha tenido es que “la impunidad es tan grande que lleva a la gente a pensar que ser corrupto no es tan grave”, es decir, está tan naturalizada que las sanciones y los castigos son pocos.

Ella siente el desencanto de los estudiantes frente a estas injusticias y ellos, a su vez, sienten que ella les trasmite la importancia de hacer lo correcto y de ceñirse a sus principios.

Adriana sabe que estas conversaciones no son fáciles: “nos reunimos en escenarios particulares para hablar de corrupción y malas prácticas, pero en el día a día nadie quiere sentirse cuestionado, ni cargar ese estigma”. Ser la piedra en el zapato es la clave, aunque así sea más difícil.

Adriana sabe que estas conversaciones no son fáciles: “nos reunimos en escenarios particulares para hablar de corrupción y malas prácticas, pero en el día a día nadie quiere sentirse cuestionado, ni cargar ese estigma”. Ser la piedra en el zapato es la clave, aunque así, sea más difícil. Su mensaje lo lleva al aula a más de 30 alumnos y a escenarios internacionales como el del simposio Redirp (Red Iberoamericana de Relaciones Públicas), realizado en Costa Rica, donde siempre enfatiza a través de un mensaje inspirador que, en vez de enfrentarnos, podemos encontrarnos para poner comunicarnos, es decir, poner en común el bien de todos.

La coherencia es una cualidad que sus estudiantes admiran de ella. Lo ven como un sello que ella impregna en sus relaciones con los demás. La confianza que esto les transmite se ve en la empatía de su trato y en lo auténtica que ella es. Adriana dice que siempre supo que quería ser profesora. Su pasión y convicción se encuentran ahí donde puede enseñar una formación ética que tenga un impacto en que sus estudiantes y futuros profesionales para sepan que lo que debería ser normal son las buenas prácticas, no la corrupción. 

Ella espera poder seguir motivando a este diálogo social que como país nos debemos, y que comienza ahora desde el salón de clase. Este tipo de acciones que salen de lo común tienen una enseñanza transformadora en la sociedad: cambia las visiones de los estudiantes para tener mejores profesionales y personas.

Conoce la historia en Pulzo

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