Cuenta doña Luz Estela Martínez que antes de 2015 su barrio, Nelson Mandela, tenía un centro médico, allí había consulta externa y servicios de emergencias, de parto, de hospitalización y de odontología. La comunidad sentía que al menos tenía acceso a la salud, en una de las zonas con mayores índices de pobreza en Cartagena. Sin embargo, la dicha se acabó cuando quisieron remodelarlo en 2014. En total hermetismo y sin consultar a la comunidad, comenzaron a guardar los equipos médicos, picar los pisos y a demoler estructuras. Las obras quedaron inconclusas porque en la ejecución del contrato, que contemplaba obras en otros centros médicos, la Alcaldía y el contratista identificaron que el presupuesto era insuficiente. Doña Luz tiene clara su misión: “será lo último que Dios me permitirá hacer, pero si se logra terminar esta construcción yo seré la más feliz”.