Su labor más significativa se ha desarrollado en los oscuros días que siguieron a la devastación causada por los huracanes Eta e Iota en noviembre de 2020 que dejaron a más de 3000 familias sin vivienda. 

En esos momentos de caos y dolor, Jairo se convirtió en un pilar para la reconstrucción del tejido social del pueblo raizal en los tiempos difíciles que sobrevinieron tras el paso de los Huracanes. Esto contribuyo al desarrollo de procesos de denuncias ciudadanas por parte de la comunidad, que buscaban que la corrupción en el proceso de reconstrucción no se adueñara de la esperanza de quienes lo perdieron todo.

Así mismo, la labor de Jairo también fue crucial en identificar fuentes, programas y actores clave en el proceso de reconstrucción, con el fin de garantizar que la ayuda llegara a quienes más lo necesitaban. Su compromiso fue fundamental para convocar al pueblo raizal en diferentes mesas de trabajo que contribuyeron a la identificación de riesgos de corrupción, que fortalecieron los argumentos de las tutelas ciudadanas ante la Corte Constitucional.

Jairo, desde su rol de veedor ciudadano, busca seguir aportando a su comunidad, esta vez como el mismo lo menciona “permitiendo que la comunidad Raizal se autoidentifique como una víctima más de la corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y se puedan adelantar acciones de reparación del daño que ayuden a los isleños a restablecer todos los derechos vulnerados”.

Hoy, su propio pueblo lo reconoce como el Secretario General de la Autoridad Raizal, un título que refleja el profundo respeto y la confianza que ha ganado. La historia de Jairo Rodríguez Davis es un testimonio del poder de la cohesión comunitaria y la resiliencia de todo un pueblo en la lucha contra la corrupción, en un mundo donde las voces honestas a menudo son silenciadas.