La lucha en contra de la corrupción no solo se lleva a cabo en las altas esferas del Estado, sino también en el seno mismo de las comunidades en donde se hace. Día a día, líderes y lideresas luchan por su comunidad. “El líder llora por su comunidad, sufre, se hace matar por su comunidad”.
Son las palabras pronunciadas con un fuego interno por Roselis Moncaris de Ávila, una lideresa de 54 años que vive en la población insular de Bocachica. Su motor es el deseo. El deseo de que sus amigos y parientes, los niños y las niñas vivan mejor y vean prosperar su territorio. Actualmente Bocachica no cuenta con acueducto ni otros servicios básicos. “Yo quisiera cambiar a Bocachica na más con verla, que fuera otra… estamos abandonados y queremos cambiar eso”, dice.