Desde antes de nacer, Vicky Johana García ya había sido víctima de la corrupción. Su madre la tuvo en un bote mientras navegaba hacia Cartagena en busca de un hospital. En Bocachica, “la isla que no tiene nada”, pese a ser una de las poblaciones más antiguas del Caribe colombiano, no había un centro médico. Cuarenta años después, todo sigue igual: el “puesto de salud” que había logrado gestionar la comunidad fue destruido en 2014 con la promesa de construir uno mejor en un plazo inicial de 8 meses, a 2021 aún no lo han terminado. En su voz se escucha la rabia y la indignación por los políticos que les prometen mejor calidad de vida pero no cumplen. Ella cree en el liderazgo de las mujeres y en Dios, “el único que todo lo puede” para cambiar el presente y futuro de la comunidad. “Yo voy a seguir hasta el final, uno tiene que hacerlo por sus hijos y por las nuevas generaciones”, dice.