La lucha por la transparencia en el uso de los recursos públicos implica arriesgar la vida, una máxima que bien conoce Deison Villalva: “La corrupción en Tierra Alta es tan grande que ha complicado el tema del progreso, y es porque nosotros los líderes hacemos una veeduría y las estamos ejerciendo y es cuando nos ponen una limitante que es el tema de la integridad física”. Deisón, de 27 años, hace parte de una nueva generación de líderes sociales que busca que las víctimas y jóvenes tengan un mayor protagonismo en el desarrollo de sus comunidades. Para él “la cultura de la legalidad nos trae vida”.