El Comité Transparencia por Santander nació en 2012 como veeduría cívica conformada por gremios económicos, medios de comunicación, academia y sociedad civil organizada del departamento de Santander. Nuestro objetivo es hacer seguimiento y control a los procesos contractuales de las entidades públicas y velar por el adecuado cumplimiento de los principios legales y constitucionales y el correcto desarrollo de la gestión pública en el departamento de Santander.
Durante diciembre de 2021 llegó una invitación de Transparencia por Colombia para implementar el proyecto Hacia un ejercicio del poder más transparente y responsable. Dicho proyecto nació para hacer frente a los problemas de corrupción que enfrenta Colombia, ejercer un estrecho control social al proceso electoral para conformar una ciudadanía activa y una cultura de respeto a la legalidad y la institucionalidad y fortalecer los lazos institucionales con la Embajada de Suecia en Colombia.
Así, desde el Comité Transparencia por Santander nos sumamos a la estrategia de seguimiento y control a la financiación de campañas electorales junto con varias organizaciones aliadas regionales que luchan por la transparencia en la gestión del poder público y la defensa del bien común en el territorio nacional.
El 2022 fue un año clave para el país debido a las elecciones de Congreso y presidente y para nuestro departamento estas elecciones tuvieron una relevancia significativa debido a la candidatura de Rodolfo Hernández.
Santander en elecciones
Durante el periodo 2021-2022, Santander ocupó el tercer puesto en el Índice Departamental de Competitividad, reconocimiento dado a los valores del departamento1. En cambio, a nivel nacional fue el cuarto departamento con más casos de corrupción reportados por la prensa, según el informe Así se mueve la corrupción: Radiografía de los Hechos de Corrupción en Colombia 2016-2020, del Monitor Ciudadano de la Corrupción de Transparencia por Colombia.
En 2022, los datos divulgados por la Misión de Observación Electoral MOE2 sobre Santander no fueron alentadores. Fueron reportados riesgos altos para las elecciones para la Cámara de Representantes: por factores indicativos de fraude electoral el municipio de Cabrera estuvo en riesgo extremo y Cepitá, Charta y Jordán en riesgo alto, mientras que Chipatá, Aguada, La Belleza, San Benito y San José de Miranda se indicaron con un riesgo medio.
El análisis de esos hechos es la esencia de la presente crónica.
Seguimiento a las campañas
Los riesgos por delitos electorales y el entramado político comienzan en el desarrollo de las campañas y la financiación de estas. Por ello, nuestro ejercicio de control social se centró en la financiación de las campañas electorales de los candidatos a la Cámara por Santander.
Del total de 60 candidatos y candidatas que aspiraron a una curul se seleccionaron 32, de acuerdo con criterios como ser cabeza de lista, nuevos liderazgos, mujeres, mujer repitente, exalcaldes, exdiputados, exconcejales, candidatos cuestionados, entre otros.
Se revisó periódicamente la información reportada de ingresos y gastos de estas campañas y la de los candidatos al Senado de la República por el Partido de la U, del que se escogieron 10 candidatos para realizar el respectivo análisis. La Cámara de Representantes por Santander estuvo conformada por 15 hombres y 17 mujeres, distribución similar a la conformación general de los candidatos inscritos (27 mujeres y 33 hombres).
Para hacer el análisis recurrimos al aplicativo Cuentas Claras. Consultamos también los tableros interactivos suministrados por Transparencia por Colombia. La dinámica de análisis fue mucho más fluida y el acceso a la información se lograba en tiempos muy inferiores a los empleados en Cuentas Claras. La interfaz nos permitía revisar de forma directa, por candidatos y por partidos, lo que se requería en su momento. Podíamos seleccionar varios partidos y los datos eran concentrados y tabulados de forma inmediata, obteniendo información clara y detallada de los ingresos y gastos de las diferentes campañas.
En la segunda semana de febrero se realizó un primer corte para analizar la rendición de cuentas de los candidatos. Se encontró que de los 32 candidatos seleccionados solo 10 reportaron los ingresos y gastos de sus campañas. El siguiente corte de revisión fue en la primera semana de marzo, a pocos días de las elecciones de Cámara y Senado:
Hubo un incremento significativo en los reportes: 21 candidatos reportaron ingresos y gastos, mientras 11 seguían sin reportar ningún ingreso o gasto. Esto evidencia que los registros no se hicieron en tiempo real ni de manera completa y que algunos candidatos no hicieron públicos sus ingresos y gastos como deberían.
“Francachela y comelona”: lo mucho y lo poco que reportaron los candidatos
Además del uso de estas herramientas, hicimos observación de la publicidad electoral en las calles notando una clara falta de coherencia entre lo reportado y lo realmente ejecutado. La cantidad de publicidad política en algunos municipios mostró que los valores reportados no correspondían al valor real de estos bienes o servicios publicitarios. En lo que más invirtieron las campañas fue en propaganda electoral, lo que muestra que esta es de gran importancia para asegurar una curul.
Pero los gastos de las campañas no fueron solo en publicidad. Las reuniones, conocidas por los habitantes de Santander, en especial en pasillos de entidades territoriales y corporaciones de poder, eran el componente que más atraía votantes. En estas reuniones el discurso político estuvo acompañado de empanada y gaseosa, cuando eran austeros, o de grandes derroches, francachela y comelona, con presentaciones musicales en vivo. En el quehacer político esto se normalizó como estrategia para fortalecer la campaña política y la asistencia a estas reuniones ha sido clave para los candidatos.
Pero el verdadero sin sabor de las elecciones fue el hecho de que no existen controles efectivos que garanticen que los candidatos cumplan el deber legal y constitucional de reportar la totalidad de recursos de sus campañas con información veraz, lo que da lugar a las diferencias entre los valores reportados y los gastos ejecutados.
Otro aspecto relevante radica en que los aportes pueden crear una relación de responsabilidad entre el financiador y el candidato elegido, en la que el “ungido” entra a legislar para pagar “los favores” recibidos en campaña electoral. Este fenómeno se ha vuelto una “costumbre política”.
Por ello, entre más clara y pública sea la rendición de cuentas de las campañas electorales, mayor será el fortalecimiento del principio de transparencia para que entidades de control como el Ministerio Publico, la comunidad en general y demás actores puedan realizar un análisis en tiempo real de cómo se costean las diferentes campañas electorales y ejercer el control y veeduría a la que se tiene derecho.
Lo que gastaron los candidatos
Estos son los ingresos y gastos totales registrados por cada una de las campañas de los candidatos elegidos por Santander para la Cámara de Representantes:
Fuente: Creación propia- información reportada en el aplicativo Cuentas Claras.
Óscar Leonardo Villamizar Meneses del Centro Democrático, fue quien reportó mayor cantidad de dinero con ingresos por $581.406.018 y gastos por exactamente la misma cantidad. Esto causa curiosidad, pues según el reporte hasta los últimos 18 pesos se invirtieron. Este candidato fue el único repitente en la Cámara de Representantes por Santander, lo que indicaría que la Cámara por Santander fue “renovada”. No obstante, cuando se analizan las hojas de vida de los nuevos electos, sus “padrinos” o personas que los apoyaron son las fuerzas políticas de vieja data.
La campaña más “austera” fue la de Mary Anne Andrea Perdomo Gutiérrez por el Pacto Histórico, quien reportó gastos por 23.453.400 pesos, pero no registró ingreso alguno. Esta candidatura fue atípica porque no recibió apoyo de su partido ni tuvo publicidad tradicional en el territorio.
Por último, uno de los aspectos a resaltar es que, si bien la inscripción de candidatos aspirantes a la Cámara de Representantes por Santander estaba dividida de forma equitativa (de los 60 candidatos inscritos, 33 eran hombres y 27 mujeres), de los siete aspirantes elegidos, solo dos fueron mujeres. Esto demuestra que en Santander todavía hay una preferencia marcada por el rol de los hombres en política, dejando de lado la igualdad de género que tanto se pregona desde de todos los estamentos.
Las campañas más costosas
Desde el Comité Transparencia por Santander consolidamos y analizamos a los 10 candidatos que reportaron mayores ingresos y gastos.
Fuente: creación propia.
Diego Fran Ariza Pérez, del Partido Liberal Colombiano, fue quien reportó mayores gastos con 697.972.511 pesos. Ariza no fue elegido, pero de los siete candidatos elegidos por Santander para la Cámara de Representantes, cuatro se encontraban dentro de los candidatos con mayores gastos en campaña.
El financiamiento es decisivo en el desarrollo de las campañas electorales. Estos recursos permiten acceder a instrumentos de gran importancia proselitista como la publicidad y permite contratar mano de obra calificada y no calificada para darse a conocer entre el electorado.
Por otra parte, si bien las campañas tienen topes legales, que al menos en lo reportado no son superados por los candidatos, los financiadores podrían esperar que la “inversión” se pague de alguna forma. Este es el gran riesgo de las campañas electorales onerosas.
Aprendizajes
Transparencia en la financiación de las campañas electorales, un camino largo por recorrer
Este ejercicio ha sido una experiencia interesante y sumamente enriquecedora. Si bien es cierto que siempre hemos ejercido nuestro rol de veedores, el adentrarnos de lleno en esta dinámica electoral en el territorio nos permitió reafirmar la importancia del carácter público de la información para la materialización del principio de transparencia, y también vislumbrar varios aspectos por fortalecer.
En primer lugar, en cuanto al aplicativo Cuentas Claras, consideramos que se le deben incluir mejoras para que sea más dinámico y amigable. De igual forma, es necesario realizar capacitaciones, brindar apoyo y acompañamiento técnico a los diferentes candidatos y su equipo para mejorar el uso de la plataforma. También es necesario el fortalecimiento del ejercicio activo de la ciudadanía en el seguimiento a la financiación de las campañas electorales para ejercer control continuo y presión social a los diferentes candidatos y actores políticos y exigir transparencia, oportunidad y veracidad en la información reportada.
A pesar de que se sabe que los dineros provenientes de fuentes turbias o indecorosas se tramitan bajo cuerda y sin registro oficial alguno, es importante hacer seguimiento a los informes de financiación de las campañas políticas. Así se podrán detectar incongruencias entre los valores efectivamente registrados y los actos proselitistas que evidentemente involucran gastos no reportados.
En el desarrollo de las campañas electorales se deben realizar seguimientos periódicos al cumplimiento del reporte de ingresos y gastos por parte de los entes de control y generar sanciones inmediatas por su incumplimiento. Sin duda alguna, los funcionarios públicos deben ejercer un rol más activo en el este aspecto.
La importancia de la rendición de cuentas en el transcurso de las campañas radica en el indudable vínculo que existe entre la forma cómo se financia un candidato y cómo posteriormente ejerce su cargo. Entre más información se encuentre disponible de manera clara, completa y oportuna, mayor es la posibilidad de determinar la trazabilidad de los recursos que ingresan a las campañas y mitigar el riesgo de que los intereses particulares interfieran en las decisiones de quienes ejercerán cargos de representación.
La invitación final desde el Comité de Transparencia por Santander es recordar que el control de las campañas electorales es deber de todos. Estas serán más transparentes si cada uno ejerce un seguimiento real y eficaz al financiamiento de las campañas electorales. Pasemos de la queja a la acción por unas contiendas electorales más justas, transparentes y equitativas.