La corrupción continúa afectando a los más desfavorecidos: a los niños y niñas que quieren acceder a la educación, a las mujeres que buscan un lugar en el mercado laboral o a las minorías étnicas que necesitan acceder a servicios sociales.

En ese sentido, la corrupción va más allá que una pérdida de recursos públicos, genera una vulneración al goce de los Derechos Humanos, una afectación al medio ambiente e impide la consolidación de la democracia.

Fuente: Monitor Ciudadano de la Corrupción

El costo de la corrupción puede ser enorme y sus efectos muy diversos: 

En lo político:​ Erosiona las libertades democráticas y el estado de derecho. Desbalancea la equidad en el acceso y ejercicio del poder. Produce la pérdida de confianza en las instituciones, en el gobierno, en la justicia y en el sector público.  Aleja la actividad política y administrativa de las más sentidas necesidades sociales Económicamente: Obstaculiza el desarrollo económico y social. Incide directamente en el acceso a bienes y servicios por parte de la ciudadanía. Produce una pérdida de oportunidad para la sociedad y para los intereses generales, ya que los dineros se invierten en aspectos innecesarios, dejando de cubrir necesidades básicas. Genera efectos negativos sobre la distribución de la riqueza: pobreza y desigualdad. En la sociedad: Puede costar el sustento, derechos, salud y libertad. Los ciudadanos buscan otras formas alternativas de actuación y de prestación de los servicios públicos. Reduce las posibilidades de tener un medio ambiente saludable y un futuro sostenible.

Fuente: Transparency International, UNODC y Javier Miranzo Díaz. 

Para hablar de corrupción debemos manejar el mismo idioma, por esta razón, en Transparencia por Colombia recopilamos algunos de los conceptos más comunes y utilizados para entender cómo funciona este fenómeno en el país. ¡Conoce nuestro corrupcionario!